top of page
  SUBIR LA MONTAÑA                          
 

“La belleza de la Montaña está oculta para todos aquellos que la tratan de descubrir desde lo alto, en el supuesto de que, de un modo u otro, uno, puede llegar a este lugar directamente. La belleza de la montaña se revela sólo a aquellos que la suben.”

                                                                                                                                                                                                                                          Antoine de Saint Exupery.

 

Cuando me preguntan el porque subo montañas siempre respondo que asciendo para soñar… sentado al borde del vacío, envuelto entre las nubes que rondan los picachos no puedo evitar hacer una analogía entre estas y la vida misma.

Se me viene a la mente una frase sobre el soñar que me  inspira e impulsa a seguir adelante: “Muchos de nuestros sueños parecen al principio imposibles, luego pueden parecer improbables. Y luego cuando nos comprometemos firmemente… ¡Se vuelven inevitables!

 

Que bueno que aun podemos soñar, pues es de esa materia intangible de donde surgen los grandes proyectos y es en los espacios abiertos y nevados de la montaña en donde se aprende el significado de las palabras meta y objetivo, que aunque muchas veces estos sean compartidos por otros su plena realización es algo individual y su logro depende de la energía y tesón empleados para alcanzarlos implicando un compromiso intrínseco con quien los lleva a cabo.

 

Muchas veces en el camino, podemos encontrarnos con obstáculos que pudieran parecer insalvables, pero por muy alta que sea la montaña siempre hay un camino que lleva hacia la cima aunque desde el valle no lo puedas ver, y es que las montañas a menudo se ven desde lejos – hermosas, interesantes, llenas de desafíos. Pero cuando nos acercamos nos damos cuenta de que el camino es arduo, empinado y difícil y en sus lindes, la maleza crece salvaje entre tú y tus metas, ahi te das cuenta que cumplir lo propuesto no es tan fácil, y lo que parecía tan claro y sencillo en el mapa es difícil en la vida real.

 

Es aquí donde muchos desisten y vuelven derrotados y cabizbajos o por el contrario proponen cambios en el itinerario vital y no pretextos siguiendo en el camino con desapego de los resultados buscando otras opciones, probando otros senderos a sabiendas que finalmente un día estaran de pie en la cima anhelaban alcanzar.

 

Durante el ascenso, cuando empiezas a subir la montaña largamente soñada, mira con atención a tu alrededor. Hay ásperas quebradas, por supuesto. Hay fisuras ocultas y casi imperceptibles en la piedra milenaria. Hay rocas tan pulidas por las tormentas que se han vuelto tan resbaladizas como el hielo. Pero si estas atento y sabes dónde estás poniendo los pies a cada paso, te darás cuenta de las trampas y cómo superarlas.

 

Se trata de pensar a lo grande sin agobiarnos por la altura y lo largo de la marcha, durante la travesia aparecera nueva información sobre el territorio que nos facilitara las cosas, el paisaje cambia y no esta mal detenerte de vez en cuando para admirar el panorama sin perder de vista el objetivo. A cada metro conquistado, puedes ver un poco más allá y vivir por elección no por azar.  

 

Finalmente, cuando llegas a la cumbre todo es alegría siendo este el bien más preciado y de más valor, pues tu lo has logrado, acabas de descubrir la piedra oculta... una fuerza interna que no sabias que poseías y que en lo sucesivo será parte de ti. Con total serenidad y paz saborea este sueño que ahora forma parte de tu vida y que en su momento te pareció muy distante.

 

Y ahora cuenta tu historia aqui para ayudar a otros en el ascenso de sus montañas...

bottom of page